Cosas que pensamos al sentarnos en el aire

Disciplina
No se entiende nada, no se entiende nada. Qué lindo, qué lindo! Comer sandías: muchas! Música y ravioles multicolores, que loco: se llevan bien.
Hago un esfuerzo por pensar en algo coherente, una escena, un texto, una palabra. En este instante se me ocurre “Ni si, ni no, ni blanco, ni negro”. Ahora mi mente cambia. Mi mente? Al menos mi atención: mis pensamientos: imagino terroríficas imágenes de frambuesas colgadas mientras cerezas, al pié de la horca, miran sádicamente. Y no. No le veo especial sentido ni coherencia absoluta.
Coherencia? Qué es la coherencia? Yo quiero comer mariposas! No, no...mariposas no! Prefiero comer dulce de leche. Y sino, según el día, arroz integral.
Recién hablaba por teléfono con una amiga...ella me contaba acerca de algo (juro que le presté atención!) pero la interrumpí y le dije “Disculpame, no puedo contenerme: estoy imaginándome la tapita de una lapicera que está hecha de caramelo y es color verde”.
Ahora: si yo digo “La letra “M” inspira ternura” puede sonar incoherente. Si. Pero en realidad no lo es. Es como decir “Estoy comiendo fideos con chocolate” Pero no es un cuento chino!... mi mamá, en Hungría, comía fideos con chocolate rallado casi a diario.
Intenté escribir en una calculadora y no fue fácil. Quise encender el fuego con una manteca de cacao y casi no lo logré. Exigí mirarte a través de mis anteojos y...definitivamente no pude. El mundo es extraño.
Vieron algún día un gato de ojos cuadrados? Yo no. Me pregunto si eso quiere decir que se esconden muy bien o que la ignorancia los privó de la imaginación. La imaginación es secreta –espero. Si yo les digo que un día me puse a leer una guía telefónica me creen? Si? Bueno, son ingenuos, porque creo que nunca me pondría a hacer eso. Pero un día me puse a dibujar un canguro en mi banco del colegio y este canguro era así: su cuerpo era un semicírculo perfecto. Digamos...una medialuna completa. La parte recta de este semicírculo contenía cuatro pelotitas alargadas paralelas entre si, representando las patas. En la parte superior izquierda del semicírculo, la parte curva, sobresalía un óvalo y de él dos orejas, alargadas.
A pocos minutos de su creación algún asesino pasó por ahí y lo borró con una goma. En su honor (en honor al canguro) hice una tumba y la adorné con flores. Todavía me pregunto si puede existir un canguro que tenga esa forma. Probablemente no. Pero si yo les digo que es un canguro me creen. Aunque sea por lástima, pero me creen... creo que era más parecido a una tortuga que a un canguro. Pero era un canguro. En mi imaginación lo era, sin duda.
Algún día volveré, no se si seré millones pero con suerte seré cuatro en vez de tres, lo prometo. Voy a fantasear con plasticola sin pegamento en vez de teclados sin letras, lo prometo. También voy a desatar mis zapatillas y saltar con un moño violeta atado a mi mano...lo prometo.
...Y si no nos volvemos a ver: coman sandías y...sean felices.

Vuelen terrestres, vuelen. Sean considerados y coman mucho. La vida es corta y bella, hay que aplaudir con fuerza y dejarse llevar. Llevar por las medusas plateadas, esas que van de acá para allá pero no saben lo que son ni quieren saberlo. Solo vuelen, vuelen y sean felices.