A Roberto no le gustaban los finales, siempre estiraba las cosas con tal de no tener que hacer finales.
Estuvo de novio quince años con Micaela, solo por que no quería terminar con el noviazgo y casarse.
No era que no la amase, sino que no le gustaba terminar las cosas, esa sensación de ¿ahora que?.
Cursaba tres carreras al mismo tiempo, le encantaba empezar cosas, tanto como le molestaba terminarlas.
Le gustaba tanto empezar cosas nuevas, que se casó. No con la persona que amaba, por supuesto, sino con otra que no le gustaba mucho; solo por el hecho de no terminar el noviazgo con la chica que amaba y empezar algo nuevo con esta otra persona.
Empezó a ser infiel, le daba pereza terminar el noviazgo con su novia y el estar casado con la otra chica, aparte era algo nuevo.
Iba al gimnasio una vez por año, solo un mes hasta que dejaba hasta el próximo año.
Ir al gimnasio le aburría, pero le molestaba terminar las cosas así que cada año empezaba de vuelta, solo para que no dijeran que había abandonado.
Su trabajo era tedioso pero le molestaba terminar las cosas ,por eso no renunciaba.
La chica que amaba empezó a engañarlo con su mejor amigo, al principio le molestó pero era algo nuevo, nunca había sido cornudo.
La esposa al enterarse que estaba siendo engañada hace 15 años lo dejo.
El no la amaba pero no quería dejar de estar casado, así que la persiguió incesantemente para que ella vuelva pero a ella no le interesaba seguir con lo mismo.
La vida de Roberto había cambiado, necesitaba algo nuevo pero le deba pereza terminar con su antigua vida.
Un día lluvioso de abril, Micaela entró a una armería y compró una 45, fue hasta la casa de Roberto y disparo 12 tiros.
Diego
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