Todo empieza silenciosa, lentamente.
El tiempo corre, pero no debe apresurarse, debe calcular perfectamente.
Necesita calcular la distancia, el enfoque.
Demasiadas variables, y el tiempo corre.
Analiza cada pequeño movimiento, con precisión quirúrgica.
Se abstrae de todo el mundo exterior, del ruido.
Busca el momento justo.
Un ataque certero es lo que necesita.
Debe ser sutil, sino anticiparan su ataque.
Puede sentir su mirada, observándolo, midiéndolo.
Es tan difícil enfrentarse a una persona que conoce todos tus trucos, que te anticipa a cada momento, jugando con vos, creyendo que tenes una oportunidad.
Esquivando sus ataques, constantemente.
Pero sigue luchando, el premio es demasiado grande para dejarlo escapar.
Después de tantos golpes, de tantas luchas perdidas, sigue en pie.
Nuevamente, en la lucha, como todos los sábados.
Un instante y todo se enmudece, las palabras no son necesarias.
El ataque fue efectivo, ha vencido.
Después de elaborar tantas estrategias, de tantos ataques que fueron esquivados, la resistencia fue derrotada.
Es hora de sacarse los guantes y celebrar.
Bien valieron los golpes para semejante premio.