sábado, febrero 25, 2006

Cosas que pensamos al sentarnos en el aire

Atención!
Si se cree usted consumidor corriente de frutas de un tamaño considerable, que oscile su peso aproximado entre unos tres o veinte kilos, por favor le rogamos que prosiga leyendo este mensaje. Si usted no cree pertenecer a esa característica, le pedimos que lea igualmente este recado, para transmitírselo a todos aquellos que coincidan con esa dicha. Si usted cree que es un consumidor de frutas de considerable tamaño pero en realidad no lo es, nos sería de gran utilidad si se tomara las molestias de propagar tal anuncio. Si el que lee este mensaje tiende a pensar, tan solo sea de paso, que no acuerda a esta privativa, de todas formas estaría haciendo un gran bien a la humanidad, si se tomara las molestias de dar a conocer esta novedad, pues como dicen, hombre prevenido vale por dos.
Por favor, sea quien fuere la persona que esté leyendo este informe, cualquiera sea su tamaño, su peso, su dirección, su altura, su signo o su existencia, le pedimos nuevamente (y desde ya le damos las gracias), que prosiga con el motivo por el cual es citado a permanecer leyendo la presente.
Esta noticia, a la cual muchos pueden considerar innecesaria, desprovista de sentido o coherencia, falta de seriedad o carente de lógica, es algo indispensable, para que todo individuo pueda realizarse tanto espiritual como anímicamente. Tanto vital como místicamente, en el sentido recíproco de la integridad de cada componente de esta llamada actualmente, humanidad.
Dadas las circunstancias en las que hoy día nos encontramos, pueden salir a relucir dos tendencias para definir esta demanda: la primera, consta de dos fases que solo los expertos pueden distinguir, por ello nos tomamos la libertad de no explicitarlas, pues los resultados serían rescindidos, o nulos. La segunda, puede precipitarse y asimismo convertirse, sin distorsionarse en lo absoluto, convirtiéndose cuasi instantáneamente en cinco predisposiciones, que siendo tan directamente conocidas por cada miembro de esta sociedad (ya sea por los medios que abundan, o no), nos tomamos la libertad de no mencionarlas.
Desde ya, muchas gracias.

PD: Estimado consumidor: le informamos, con descarada vergüenza, que el mensaje al cual pretendíamos redimir, ha sido olvidado y relegado por palabreríos no suficientes para explicar –como era la idea principal- de dar a conocer nuestro mensaje.
Nuestro mensaje es el siguiente:
Como usted sabrá, la sandía, es una fruta de la familia de las cucurbitáceas. Frutos comestibles muy grandes, de hasta ochenta centímetros de longitud más o menos esférico u ovoide. Se considera un fruto de verano: pues sus colores, son veraniegos, aunque no se puede dejar de mencionar que si en un país tal como Argentina es invierno, en el norte Americano, por ejemplo en Canadá, la estación temporal es inversamente proporcional, con lo cual estamos hablando de un cálido verano, por lo tanto podría resumirse diciendo que la sandía es una fruta de todo el año, pues sino se da aquí, se da allí, y como somos un planeta unificado y no hacemos diferencia entre los aquíes y los allíes, definitivamente la sandía, es una fruta que alimenta a familias, que da trabajo a obreros, y que mantiene felices a los habitantes terráqueos durante los trescientos sesenta y cinco días del calendario. Su color rojo rosado pulposo, invita a fragmentar su corteza verde, extraer las semillas negras, y disfrutar su sabor sentado junto a la playa o a un bonito río con amigos, familiares, o conocidos.
El historial de la sandía, nos remonta a unos cinco mil años, en Egipto, donde fue cultivada por primera vez a orillas del Río Nilo. En el siglo X, se introdujo en la China, donde alanzó una popularidad tan grande que, hasta el día de hoy resulta una costumbre social regalar dicho elemento como acto de cortesía.
El mundo de las sandías es casi infinito. Podemos hablar de distintas variedades, lo cual hasta para los apasionados resultaría aburrido. (Abrusen, Crimson sweet, Jubilee, Klondine, Butterball, Crimsom trio, Tiffany, etcétera, etcétera).
La sandía, símbolo de felicidad, de amistad y de pura prosperidad, nos transmite –como acabo de mencionar- felicidad, amistad y pura prosperidad.
Por eso les decimos: CONSUMA SANDÍAS QUE MUERAN POR CAUSAS NATURALES.
Queremos colaborar con las costumbres, queremos ayudar a la no-contaminación, y por eso acotamos: DIGA NO A LAS SANDÍAS EN CAUTIVERIO. Le repetimos: ASISTA A LAS NUEVAS GENERACIONES, Y NO ACEPTE SANDÍAS QUE HAYAN SIDO ASESINADAS BAJO ASESINATO DELICTIVO, SINO QUE HAYAN MUERTO POR CAUSAS NATURALES.
Este es un mensaje, del ministerio de salud.

Gracias.

2 comentarios:

Locura de nuestra mente, hecha palabra dijo...

Impresionante, espectacular, sin palabras(salvo las dos primeras que expresan lo mucho que me gusto el post).
Cada vez que leo algo tuyo me pone de buen humor y realmente hoy me cambiaste el dia, me encanto leerte hoy, Penny.
Todos dicen liberen a Willy, ¿pero quien libera a las sandias?.
A pesar de nuestros esfuerzos titanicos para preservar a las sandias, todavia existe un genocidio perpetrado contra esta noble especie.
A pesar que advertimos que no se puede mezclar con vino, las sandias siguen siendo criadas en cautiverio y asesinadas para que usted, desamorado,las coma en picnics y demas.
Espero que tomen conciencia de este gran mal que nos aqueja.
Sinceramente suyo
Diego, enemigo declarado de la innombrable y sus secuases, los patitos de hule.

Anónimo dijo...

Así se habla, carajo! Saludos, y muchas felicidades.

PD: Con qué concepto puede decirse que “entra el dedo en el dedal”? Tiene acaso algo que ver con las invasiones inglesas? Es una realidad claustrofóbicamente deshonesta. Habría, para la próxima, que tener en cuenta alguna que otra versión con versatilidad propia (y/o) causas de muerte temprana. En fin, recuerden no consumir sandías sin antes cerciorarse de que mueran por causas naturales.