Un domingo gris,aneblinado.

Empezo por casualidad, un domingo gris.
Esos domingos grises, nostalgicos, que amenazan lluvia.
Un domingo opresivo, aneblinado.
La televisión estaba prendida, pero apenas la veia.
A traves de sus ojos las imagenes desfilaban pero ella era ajena a ellas.
No cerraba los ojos porque al cerrarlos otra serie de imagenes empezaria su eterna procesión.
El telefono sonando, enfurecido, desesperado.
y ella permanecia acostada, con el televisor prendido, sin prestarle atención.
La gente venia, hacia preguntas estupidas a las que ella no contestaba.
Solo queria que la dejen tranquila.
Sentia que la gente la observaba, que hablaban de ella pero no le importaba.
No hablaria con ellos, no la entenderian.
Dia tras dia, lo mismo.
A veces venia gente distinta, trayendo regalos.
Los observaba, por un instante como quien mira una cosa extraña en una feria pero pronto perdia el interes.
Ellos tampoco la entendian.
Voces, siempre una infinidad de voces que no tenian sentido.
Estorbando, ocupando lugar, observandola, mientras ella seguia mirando sin ver el televisor a veces apagado.
-Siempre callada, mirando el televisor apagado, como un vegetal.
-esta demente, pero por suerte es inofensiva, solo se queda ahi, sentada.
Un viejo me conto esta historia acerca de esa mujer que estaba siempre sentada ajena a la vida pero a diferencia de esos doctores el sabia la verdad.
La mujer nunca estuvo loca, sus ideas querian saber que tal era el exterior, se sentian presas de su mente , querian explorar, descubrir nuevas cosas.
Entonces de a poco una a una las ideas fueron escapando, explorando.
Una a una salian de su mente, sin que ella pudiese agarrarlas, no descubriendolas cuando las veia en otros labios, en otras mentes.
A lo largo de los años, fueron escapando hasta que no quedo ninguna.
Y ahora lo único que existe es el caparazón de esa mujer vacia, que se vacio un domigo gris que amenazaba lluvia.

Diego